lunes, 25 de enero de 2010

Sweezy capítulos 4 y 5

Plusvalía y Capitalismo.

El Capitalismo. Bajo la producción simple de mercancías cada productor posee y trabaja con sus propios medios de producción; bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo.

La compra y venta de la fuerza de trabajo es la diferencia especifica del capitalismo.

Las mercancías constituyen el principio y el fin de la transacción. Las mercancías recibidas son cualitativamente diferentes de las entregadas.

El incremento del dinero es lo que Marx llama plusvalía, constituye el ingreso del capitalista como tal y suministra el fin directo y el incentivo determinante de la producción.

Para Marx la importancia decisiva de la plusvalía se debe a la forma histórica especifica de la producción capitalista.

El origen de la plusvalía. Cuando decidimos que la fuerza de trabajo es una mercancía, no queremos decir que el trabajo mismo sea una mercancía. El trabajo es el uso de la fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo es el trabajador mismo. Bajo el capitalismo el hecho de que el contrato de trabajo sea legalmente limitado o terminable, o ambas cosas, oscurece la realidad de que lo que el obrero hace es venderse por un periodo de tiempo estipulado.

El valor agregado en exceso a la mercancía es la plusvalía que el capitalista puede tomar para sí.

Bajo las condiciones de producción capitalista el producto del trabajo necesario va a poder del obrero en forma de salario, mientras que el capitalista se apropia el producto del trabajo excedente en la forma de plusvalía. Son fenómenos que están presentes en todas las sociedades en que la productividad del trabajo humano se ha elevado en todas las sociedades con excepción de las más primitivas. Lo especifico del capitalismo es no el hecho de la explotación de una parte de la población por otra, sino la forma que asume está explotación , a saber, la producción de plusvalía.

Los componentes del valor. El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones del capitalismo se divide en tres partes: La primera los materiales y la maquinaria usados, llamada ‘capital constante’. La segunda la que restituye el valor de la fuerza de trabajo, sufre en cierto sentido una alteración de su valor y produce un excedente, una plusvalía, que puede variar, llamada ‘capital variable’. La tercera es la plusvalía misma.

La teoría del valor de Marx tiene así el gran mérito de su estrecha relación con las categorías reales de contabilidad de la empresa capitalista de negocios.

La Tasa de Plusvalía. La fórmula constituye la espina dorsal analítica de la teoría económica de Marx.

La Tasa de Plusvalía, se define como la proporción de la plusvalía con respecto al capital variable. Es la forma capitalista de lo que Marx llama la tasa de explotación, es decir, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. La magnitud de la tasa de plusvalía es determinada por tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.

La composición orgánica del capital. Es una medida de la relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción.

La composición orgánica del capital es una medida en que el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.

La Tasa de Ganancia. Es la proporción crucial de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital. Es una función de la tasa de la plusvalía y de la composición orgánica del capital.

A pesar del hecho de que la tasa de la ganancia es la variable crucial desde el punto de vista del comportamiento del capitalista, para fines de análisis teórico, debe mirársela como dependiente de las dos variables más fundamentales, la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital.

Es lícito suponer un sistema capitalista en el cual las composiciones orgánicas del capital son iguales todas parte y la ley del valor sigue vigente.

La Acumulación Y El Ejército de Reserva.

La reproducción simple. Se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones entre sus diversas partes. Para que cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el consumo. Si no se llenaran estos requisitos tendría lugar una acumulación o bien un agotamiento de la existencia de medios de producción.

Para que se cumplan las condiciones de la Reproducción Simple, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, y el consumo combinado de capitalistas y obreros debe ser igual a la producción total de la rama de artículos de consumo.

La condición básica de la Reproducción Simple. El valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Si se satisface esta condición, la escala de la producción no cambia de un año al siguiente.

La producción se divide en dos amplias categorías: producción total de medios de producción y producción total de artículos de consumo, constituyen la suma de la oferta social de mercancías.

Las raíces de la acumulación. La reproducción simple implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista, a saber, su interés en ampliar su capital. Realiza esto convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Su capital acrecentando le permite entonces apropiarse aún más plusvalía que a su vez convierte en capital adicional y así sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación del capital; constituye la fuerza motriz del desarrollo capitalista.

El deseo del capitalista de aumentar el valor que controla (de acumular capital) proviene de su posición especial en una forma particular de organización de la producción social. El propietario de una gran cantidad de capital ocupa un puesto más alto en la escala social que el propietario de una cantidad pequeña; posición, prestigio y poder se reducen a la vara de medir cuantitativa de pesos y centavos. El éxito en la sociedad capitalista, por lo tanto, consiste en aumentar el capital propio.

El camino del éxito y de la elevación social pasa a través de la acumulación, y quien se rehúsa a participar en la competencia, está en peligro de perderlo todo.

Según la teoría de la abstinencia es penosos para el capitalista ‘abstenerse’ de consumir a efecto de acumular, y, por lo tanto, el interés del capital debe considerarse como el necesario galardón de tal abstinencia. Contra esto Marx sustenta la opinión de que acumular capital, es decir, acrecentar la riqueza propia, es un fin positivo y lleva consigo, tanto como el consumo, ciertos ‘placeres’.

La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema. La reproducción ampliada es la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación es tomada en cuenta, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta se divide en tres partes, una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y una tercera que se suma al capital variable.

La demanda acrecentada de fuerza de trabajo, que va implícita en el proceso de acumulación. Para este fin podemos tomar simplemente las relaciones cuantitativas de oferta y demanda que son necesarias para mantener el equilibrio de la Reproducción ampliada, sin entrar en la estructura formal del plan.

La acumulación implica un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo no es una mercancía ordinaria. Bajo el capitalismo, en general, el mecanismo equilibrador de la oferta y la demanda está ausente en el caso de la fuerza de trabajo.

La solución de Marx: el ejército de reserva del trabajo. Marx estaba, por supuesto, bien enterado de la tendencia de los salarios a subir bajo el impacto de la acumulación de capital.

Elevación de salarios ‘no puede nunca alcanzar el punto en que amenazarse al sistema mismo’. ¿Qué es lo que detiene los salarios, de tal modo que la plusvalía y la acumulación puedan seguir siendo los rasgos característicos y esenciales de la producción capitalista?

La solución de Marx a este problema gira alrededor de su famoso concretos del ‘ejército de reserva de trabajo’, o como también lo llamó, la ‘población excedente relativa’. El ejército de reserva consiste de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario.

El ejército de reserva se recluta principalmente entre aquellos que han sido desplazados por la maquinaria.

Un estallido súbito de acumulación de capital puede ser el resultado de la apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. En tales casos el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios; la plusvalía puede, a la verdad, disminuir seriamente. “Pero tan pronto esta disminución toca el punto en que el trabajo excedente que nutre al capital no es suministrado ya en el volumen normal, se produce una reacción: se capitaliza una parte menor del ingreso, la acumulación se retrasa y el movimiento de alza de los salarios se detiene. Marx describe aquí una de las causas fundamentales de las crisis, junto a la eliminación del trabajo por la maquinaria, las crisis y las depresiones toman su lugar como mecanismo capitalista específico para reconstruir el ejército de reserva cada ve que éste se ha reducido a proporciones peligrosamente pequeñas. A través de su relación con el ejército de reserva, el problema de las crisis ocupa una posición central en el sistema teórico de Marx.

La naturaleza del proceso capitalista. La economía política clásica se inclinó siempre a predecir el fin del progreso económico. La acumulación estimula indirectamente el desarrollo de la población.

La acumulación por los capitalistas ‘cesará del todo cuando sus ganancias sean tan bajas que no representen para ellos una compensación adecuada por las molestias y los riesgos que necesariamente afrontan empleando su capital en forma productiva’. El progreso económico debe ser finalmente detenido por dos leyes naturales preponderantes e inmutables: la ley de la población y la ley de los rendimientos decrecientes.

Marx incluyendo en su estructura teórica el principio del ejército de reserva rompió con la tradición clásica y puso la base para un nuevo ataque a los problemas de la evolución económica.

Los cambios en los métodos de producción se convierten en condiciones necesarias para prolongar la existencia de la producción capitalista. Sólo por la existencia continua del ejército de reserva pueden sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene.

En el Manifiesto Comunista, dijo Marx: “la burguesía no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción y, por este medio, las relaciones de producción y, con ellas, todas las relaciones de la sociedad.

Marx descubrió las ‘leyes del movimiento’ del capitalismo, cuya exploración era el propósito expreso de El Capital.

El desarrollo económico es considerado en la población, el capital, los salarios, las ganancias y la renta. El resultado final es un estado de cosas en el que todas estas tasas de cambio son iguales a cero. Se considera el ‘resultado final’ como una reconstrucción revolucionaria de la sociedad.

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